miércoles, 14 de noviembre de 2007

El Jamón, el cocido, la caza… y ahora la parrillada de verduras, hacen que la gastronomía de A Cañiza viva su mejor momento.

Por: Nelly Pérez Giráldez

En A Cañiza acabo de vivir una gran experiencia gastronómica, aunque en esta villa el buen comer y beber es una fiesta permanente. La coincidencia del encuentro con unos amigos, en la Casa del Jamón, nos llevó a degustar una parrillada de verduras: setas, champiñones, espárragos…, nunca había probado tal manjar, que hizo las delicias de mi paladar. Creo que estas innovaciones culinarias ponen aún más de actualidad la amplia y variada oferta de esta localidad.

Una de la visitas, obligatoria, a la Cañiza, y de características singulares es la muestra "Feira-Festa do Xamón", en la que, en el mes de Agosto de cada año, participan miles personas. Reúne, en el mismo marco, los productos porcinos de mayor calidad. Después una buena comida en cualquiera de sus muchos restaurantes: O Pozo, Xatomé, Casa do Xamón…. Como dice, un poco exageradamente, mi amigo Paco “en A Cañiza están los nombres más afamados de la gastronomía mundial”.

El jamón, preparado de las más variadas formas; el bacalao con cigalas y vieiras, el…, representan una interesante oferta para el fin de semana, cuando puede disponerse de más tiempo para saborear la gastronómica cañiciense. Puede establecerse un recorrido por la cocina de A Cañiza a través de las diferentes “casas”, cada una con sus propios platos y productos típicos, en su mayoría caseros.

La montaña que define esta tierra es también el origen de su variada oferta de productos que varía a lo largo de las distintas estaciones, el jamón siempre. En invierno, el rey es el cocido abundante, que da prestigio a la buena mesa del Paradanta.

A Cañiza abarca cerca de 110 kilómetros cuadrados de espacios naturales privilegiados, salpicados de montañas y valles. Un auténtico paraíso. Parada obligada para visitar la Casa- Museo Diego de Giráldez o para degustar sus ricos manjares.

Para terminar, el recorrido por A Cañiza, falta una visita, que yo creo debería ser obligada, a las que en tiempos -hoy totalmente abandonadas- fueron dos importantes “cidades” castrexas, separadas por el “Rego de Senade”. Me refiero a la “Cidade” y a la “Cerquiña". Tampoco puede faltar una visita a los valles de Valeixe y Parada, escasamente poblada y con una belleza paisajística notable, o al Rio Deba que era el río truchero, y de anguilas, por excelencia, hasta que los vertidos y la minicentral eléctrica lo degradaron. La cocina del valle, del campo, de Parada, como no podía ser de otra forma, incluía productos del campo, del corral, trucha, anguilas y caza. En el valle de Parada podemos destacar la romería de Peña de Francia, con sus comidas campestres. También es de resaltar que se recogen buenas setas y se preparan recios asados de cordero. Manolo Meiriño, mi buen amigo, presume de tener un excelente coto de caza y buena mano para los guisos de cordero, cabrito, corzo y jabalí. Doy fe de que el pollo de casa y los postres caseros los “prepara” de maravilla.